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Blog #27: Cómo Utilizar el Ácido Glicólico en tu Rutina de Skincare Según tu Tipo de Piel

El ácido glicólico, un alfa hidroxiácido (AHA) derivado de la caña de azúcar, es uno de los ingredientes estrella en el mundo del skincare. Su capacidad para exfoliar, mejorar la textura de la piel y combatir los signos del envejecimiento lo convierte en un favorito para muchos. Sin embargo, su uso debe adaptarse a las necesidades de cada tipo de piel para evitar irritaciones y maximizar sus beneficios. A continuación, te mostramos cómo puedes utilizar el ácido glicólico en tu rutina dependiendo de tu tipo de piel.

1. Piel Grasa y con Acné

La piel grasa tiende a producir exceso de sebo, lo que puede llevar a poros obstruidos y brotes de acné. El ácido glicólico es ideal para este tipo de piel, ya que:

  • Exfolia profundamente, eliminando las células muertas y desobstruyendo los poros.
  • Ayuda a reducir los puntos negros y las imperfecciones causadas por el acné.

Consejos de uso:

  • Comienza con concentraciones bajas (entre el 5% y 7%) para evitar la irritación.
  • Úsalo de 2 a 3 veces por semana en las noches, y siempre aplica protector solar al día siguiente.
  • Complementa con productos calmantes como niacinamida o ácido hialurónico para mantener el equilibrio de hidratación en la piel.
  • Puedes probar KERACNYL GLYCOLIC+ una crema desincrustante que ayuda a eliminar los granos y los puntos negros. 

2. Piel Seca y Deshidratada

El ácido glicólico puede ser un gran aliado para las pieles secas, ya que promueve la renovación celular y permite que la piel absorba mejor los ingredientes hidratantes. Sin embargo, el riesgo de irritación es más alto si no se utiliza correctamente.

Consejos de uso:

  • Opta por una concentración baja (5%) y úsalo una vez por semana al principio.
  • Acompaña tu rutina con un buen hidratante que contenga ingredientes como ceramidas o ácido hialurónico para reponer la barrera de la piel.
  • Evita el uso diario, ya que podría resecar más la piel. A medida que tu piel se acostumbra, puedes aumentar la frecuencia de uso a dos veces por semana.

3. Piel Mixta

La piel mixta presenta zonas secas y otras grasas, por lo que requiere un enfoque equilibrado. El ácido glicólico puede ayudarte a controlar los brillos en la zona T y mejorar la textura en las áreas secas.

Consejos de uso:

  • Utiliza un tónico o suero con ácido glicólico de concentración media (7%).
  • Aplica el producto en las áreas más grasas (frente, nariz y barbilla), y úsalo con moderación en las zonas secas.
  • Al igual que con la piel grasa, úsalo 2 o 3 veces por semana para no sobre-exfoliar.

4. Piel Sensible

El ácido glicólico puede ser muy fuerte para las pieles sensibles, ya que es uno de los AHA con la molécula más pequeña, lo que facilita su penetración y potencia sus efectos, pero también aumenta el riesgo de irritación. Sin embargo, esto no significa que no puedas usarlo.

Consejos de uso:

  • Busca productos con una concentración muy baja (menos del 5%) y con formulaciones que incluyan ingredientes calmantes.
  • Limita su uso a una vez por semana o incluso cada dos semanas para observar cómo reacciona tu piel.
  • Considera usar exfoliantes más suaves como el ácido láctico, que es menos irritante.

5. Piel Madura

El ácido glicólico es excelente para las pieles maduras, ya que favorece la renovación celular, suaviza líneas finas y mejora la textura. Además, promueve la producción de colágeno, lo que es clave para mantener la firmeza de la piel con el paso del tiempo.

Consejos de uso:

  • Las concentraciones entre el 8% y 10% pueden ser adecuadas para obtener beneficios más visibles.
  • Incorpóralo progresivamente en tu rutina, comenzando con una vez a la semana y aumentando gradualmente la frecuencia.
  • Siempre sigue con un buen sérum y una crema hidratante para mantener la piel nutrida y evitar que se reseque.

Precauciones Generales

  • Protector solar obligatorio: El ácido glicólico aumenta la sensibilidad de la piel al sol, por lo que el uso diario de protector solar de amplio espectro es esencial.
  • Introduce el ácido glicólico lentamente: No te apresures, especialmente si es la primera vez que lo usas. Es mejor ir aumentando su uso gradualmente para evitar irritaciones.
  • Evita combinarlo con otros exfoliantes fuertes: No lo uses al mismo tiempo que otros ácidos exfoliantes, como el retinol o el ácido salicílico, a menos que tu piel ya esté muy acostumbrada.

No importa tu tipo de piel, lo importante es empezar con cuidado, monitorear cómo reacciona tu piel y ajustar la frecuencia y la concentración según tus necesidades. ¡Disfruta de una piel más suave, luminosa y saludable!

Dra. Melisa Mejía

Médica y dermatóloga de la Universidad CES